jueves, junio 18

Six: Deathly Vision 2

-La muerte no es más que una puta mal pintada, doctor Ledston-murmuró el niño, mirando fríamente al médico-Mírela usted, ahí sentada, ante la puerta de esta consulta con las manos temblorosas, anhelando deborar mi alma, su alma, la de mi madre, la de la enfermera, la de mi vecino, la de quien sea. Se maquilla tras los polvos blancos de los huesos molidos de sus víctimas, y exprime la sangre de estas para lograr el carmín para sus huesudos labios. Pero a mi me teme, Redd. A mí, me teme.
El médico analizó seriamente al niño. Necesitaba tratamiento inmediato, no podía estar sano alguien que afirmara tales sinsentidos.
-No me cree-afirmó el niño, sin sorprenderse-Doctor Redd Ledston, esa mujer de ahí no es mi tia. Sé perfectamente que la madre de este niño-se señaló a sí mismo-falleció tiempo ha. ¿Porqué timebla, doctor?
-¿Cómo que la madre de "este niño"? ¿Acaso no recuerdas quién eres, Jimbo?
-Jimbo es el nombre de este niño, doctor. El nombre de mi hueste. Yo soy Six. Me instalé en el cuerpo del niño cuando la madre de este murió y hicimos un pacto que...
-¡Imposible!¡Sal de mi consulta, mocoso!-agarró el cuerpecillo de Jim Yenno y lo sacó de la consulta, donde la tía de este esperaba con ansia.
-¿Qué ocurre, doctor?
-¡NO vuelva a traer a este mocoso a mi consulta, me oye?¿ME OYE?
La mujer sonrió.
-Has perdido, Six-con el simple girar de su cuerpo y un silencioso gesto, sesgó la vida del doctor, atrapando el alma de este entre sus manos. La Parca Blanca sonrió al chiquillo-No podrás mantenerte por mucho tiempo dentro del cuerpo de ese niño si quieres salvar las vidas de nuestras pequeñas cobayas de juego.
El cuerpo de Jim tembló un instante, pero luego empezó a reir.
-Ganar el alma de un idiota no te hará ganar la guerra, estúpido saco de huesos.
-Perder el alma de un niño te costará la vida. Tenlo bien presente. Solo necesito el alma de la madre del niño y podré liberarte.
Los ojos del niño se llenaron de lágrimas.
-¡No me dejes, Six, no me dejes...!No dejes que se lleve a mamá...
Six, usando el cuerpo de su hueste, sonrió.
-No voy a perder de nuevo contra tí.

Six: Deathly Vision

-Mamá no me deja abrazarla. Desde su cama,me dirige una sonrisa, pero está tan enfermita que apenas puede moverse, y la mueca acaba torcida en una de profunda tristeza.Cuando vienen mis amigos a visitarla, cierra la puerta de su habitación, porque dice que podría contagiarles alguna enfermedad como la suya. No sé, yo confío en ella. Mamá no me arropa por las noches, pero si hace un esfuerzo, abandona su cama y me cuenta el cuento de "La Parca blanca". La Parca blanca es el cuento de una señora de piel de color nieve y de cabellos negros, que, con una tranquilizante sonrisa, sega las vidas de los mortales. Mamá dice que tardaré en ver a la Parca blanca. Pero yo quiero verla, hablar con ella, para que no se sienta sola. Y mamá...-alargó el niño la mano hacia el lado, intentando confortar a su madre, que tenía la vista fijada en el suspicaz médico.

-¿Es...?-empezó la mujer, frotándose las manos compulsivamente, agachando la cabeza y subiéndola cada tres segundos. La piel pálida parecía relucir con la débil luz de los focos de la sala, y los cabellos negros, tan bien trenzados al principio de la entrevista, habían roto sus ataduras y se hallaban dispersados por los hombros frágiles de la mujer. El doctor cerró la puerta, para que el niño no oyera la conversación.
-Lo siento señora, su sobrino padece un claro trastorno psicológico. Cree ver cosas que no existen.
-¿Paranoia?-se alarmó, temerosa.
-No señora. Mucho más grave. Cree firmemente que su madre sigue viva.