lunes, junio 15

Dreamless?

Este fue el primer trozo de T.O.T que leyó Nacora, y no sé por qué creo que a Alice le encanta xDD

Lo necesitaba de verdad. Necesitaba perderse en los ambarinos ojos de él. ¡Qué cursi!-se reprendió a sí misma. No sabía si correspondía a su anhelo de permanecer a su lado, pero no conocía a nadie más en ese oscuro lugar que pudiera proporcionarle las palabras que necesitaba. ¿Virgile? Solo tenía quince años, y era su único amigo. Y ya ni tan siquiera eso. La reina se había ocupado de pagarles a ambos hermanos unos costosos estudios en las mejores academias militares, cumpliendo así los sueños de estos de convertirse en guerreros. Notó los fríos dedos de él recorriéndole la espalda, mandando directamente a sus nervios el helor punzante. Qué bien se sentía el tacto de Azhian recorriendo su piel. Como ya no le podían quitar nada más, no le importaba si la descubrían o la castigaban. Se asustó un poco al notar como la tela del vestido resbalaba por sus brazos y cintura, dejando su bien torneado cuerpo prácticamente vulnerable incluso para el viento. Cerró los ojos. Solo necesitaba calor. Dejó que los jadeos escaparan de sus labios, mientras que los gruñidos satisfechos de él le acariciaban la espalda, ya descubierta hace rato. Ahogó un chillido de sorpresa cuando las frías manos de él levantaron el faldón púrpura y llegaron a sus desprevenidos muslos…

Virgile apartó la mano de repente, retomando conciencia de lo que estaba haciéndole a su desprevenida amiga. La había venido a ver a escondidas, usando un permiso que no pensaba desaprovechar viendo a unos padres que solo le dedicaban un hola y un adiós de tanto en tanto. La fina piel de la elfa le pareció tan irresistible y sedosa que no pudo contener las ganas de abrazarla. De tocarla, de besarla. Mientras retiraba la mano, la muchacha jadeó una vez más, logrando que el jovencito se sonrojara intensamente. Por su suerte, Katherine tenía un sueño muy pesado, y costaba que se despertara. Cuando esta se dio la vuelta, tuvo que girarse él también. Estaba colorada, y musitaba una y otra vez un nombre que desconocía. Molesto, abandonó la habitación. Resopló, ahogado por la sangre que le golpeteaba la cabeza sin descanso. Se sentía vivo, y estaba seguro de que podría rescatar a la princesa de las malvadas garras de su madre. Volvió a asomar por la puerta, para descubrir, entre maravillado y avergonzado, el estado en el que se encontraba la hermosa elfa. Inexplicablemente, las sabanas habían cobrado vida y parecieron quererse colocar de tal manera que permitían vislumbrar todos los contornos de la figura femenina que se escondía bajo estas, para gozo de cualquier ser que la vislumbrara en ese momento, dejando que la vil y activada imaginación del jovencito se disparara de repente. Cerró la puerta de golpe, y tomó aire varias veces antes de seguir con su camino. Lucette le salió al paso, asustando al joven muchacho.
-¡Virgile!-se alegró la elfa, abrazándole. Este apenas pudo responder al gesto, demasiado turbado como estaba.
-Lucette, yo…-comenzó, en modo de disculpa.
-No, Virgile-su interpelada esbozó una triste mueca-No te la lleves, por favor.
-¡Pero!-empezó, molesto-¡No se merece la cárcel a la que está sometida!
-Esto que voy a decir es muy egoísta, Virgile. Pero ten en cuenta que es la realidad. Yo la necesito mucho más que tu. El rey, a quien por tu título de noble y tu carrera de caballería debes lealtad, la necesita muchísimo más. Se quedará aquí atrapada hasta que estemos preparados para que vuele lejos. ¿Dónde te la llevarías, jovencito?-recalcó, a sabiendas que el pobre muchacho no tendía ni un mero cuchitril en el que vivir-Se te pasará. Ya encontrarás a otra persona.
Defender la profundidad y veracidad de sus sentimientos sería en vano.

1 comentario:

  1. OMG!! como molaa, es genial, es divino es...Superman

    con esto aún tengo más ganas de seguir leyendo sigue subiendo más y más cosas >,< te lo ruego *u*

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